dimecres, 1 de juliol del 2009

TODO IBA BIEN HASTA...

La noche lo tenía todo. Buen tiempo. Un gran estadio. Un espectacular escenario llamado La Garra. 90.000 almas dispuestas a hacer historia en el arranque de una gira mundial. Y una banda dispuesta a entregarse en la misma medida que Barcelona se había entregado desde hacía más de una semana.

Y llegó el momento. Tras el Space Oddity de David Bowie, U2 irrumpió en el escenario para dar el pistoletazo de salida a su nueva gira mundial. Un repaso a su último disco nos fue descubriendo la espectacularidad de un escenario abierto, inmenso en proporciones, y futurista inspirado en Gaudí. Llegaron los éxitos de toda la vida, But I still haven’t found what I’m looking for, Angel of Harlem (dedicada a Michael Jackson), Where the streets have no name… Bono, The Edge y Adam Clayton recorrían las pasarelas que rodeaban el escenario llegando así a todos los rincones del recinto mientras que Larry Mulligan se escudaba tras la batería.

Espectacular todo. Escenario, luces, la pantalla retráctil sobre los músicos donde se podía seguir el concierto, la enorme antena.
Sorpresas, como la conexión con la Estación Espacial Internacional, o los mensajes de libertad para Aung San Suu Kyi (líder birmana bajo arresto domiciliario desde 1990) y de paz a cargo de Desmond Tutu, hicieron sentir que aquello era algo más que un típico concierto de Rock.

Todo perfecto. Pero llegó One, la mejor balada desde mi punto de vista de la banda irlandesa, y con ella el desastre.
Desde el inicio del tema The Edge estaba fuera de tono. Tan evidente era que incluso Bono le dijo “Go to the verse” . Pero ni por esas. Fue entonces cuando Bono paró la canción, algo inaudito en una banda de rock de tal calibre. Acabaron One como la empezaron, totalmente desorientados. Después de un par de minutos de ausencia, volvieron para ofrecer el bis. Ultraviolet, Whith or whithout you y Moment of surrender. Los tres temas fueron un caos. La guitarra de The Edge volvió a sonar a diablos, y Bono se dedicó a recitar, que no a cantar, Whith or whithout you probablemente la canción más emblemática de la banda.

Mal sabor de boca nos dejó el final de un concierto que comenzó de una forma trepidante y llamado a hacer historia dentro del mundo del Rock.



Miguel