dijous, 3 d’abril del 2008

Mark Knopfler~Palau Sant Jordi 02/04/08

No era un concierto para saltar. No era un concierto para grandes bailes. No era el típico concierto de rock. Y por eso el lugar parecía demasiado grande. Demasiado frío.

Pero allí estaba él. Y su compañera. Su prolongación como persona, como músico. Su Fender Stratocaster. Eso sí, sin su cinta en el pelo.

Es cierto que de Mark Knopfler conocía los temas más emblemáticos de Dire Straits, aunque en los últimos años, y gracias a Montse, he ido descubriendo al Mark Knopfler en solitario. Temas más íntimos, otros ritmos con The Notting Hillbillies (formación donde abrazaba la música tradicional), pero siempre con su guitarra como gran protagonista.

Un músico hace música. Un músico como Mark recita poesía con los dedos. No le hace falta grandes juegos de iluminación, ni equipos de sonido estridentes para poner la piel de gallina a los 8000 incondicionales que nos dimos cita ayer en el Palau Sant Jordi.
Y eso que la cosa no empezó muy bien.

Como buen británico, saltaba puntualmente al escenario a las 21:30 (hubo gente que ni siquiera se había sentado en sus localidades) y arrancaba un concierto que se prolongaría durante 2 horas. Los 4 primeros temas se vieron empañados por una insuficiencia en el equipo de sonido, que no consiguió que la gente saboreara la fuerza y dulzura de la Fender.

Un repaso por los temas más country de su carrera como “Daddy’s Gone to Knoxville” o “True Love Hill Never Fade” consiguieron hacer olvidar la decepción del principio.
Pero fueron canciones de la época de Dire Straits los que levantaron al público de sus asientos, y los que arrancaron las ovaciones más sonadas de la noche. “Romeo & Juliet”, “Telegraph Road” (con más de 15 minutos de duración)“So Far Away” y sobre todo “Sultans of Swing” nos trasladaron a los dorados 80, y todos punteamos el mítico solo con nuestra Stratocaster imaginaria.
El genio acabó su concierto en Barcelona con “Local Hero” dejando una sensación solo comparable a la nube de relax que uno experimenta después de hacer el amor. Todo un clásico que hizo llorar a más de uno.

Como buen escocés, al igual que el whisky, Mark Knopfler mejora con los años.

Mucha gente busca la felicidad en el dinero, en cosas materiales… A mí dadme lo de ayer; amigos y música que compartir. Gracias Mark.


Miguel.